Pues nada, después de varios años de abandono, encuentro mi blog abierto allá por 2006. Va para diez años. Haiga cosa, cómo pasa el tiempo. Se va como agua, dirían ellá en mi tierra. Huipana.
Chequen ustedes la musicalidad de la palabra. "H u i p a n a ". Su fuerza, su consistencia semántica. Su orígen eminentemente prehispánico es signo distintivo.
No es la Huipana, ni la Huacana, ni Huipas; es Huipana y como les he comentado en el blog, al parecer significa madrigera de lobos. Ojalá que algún experto en lengua madre purépecha nos ayude con este vocablo.
Sergio Aguilar, amigo y compañero de charlas, de viajes al plan a cuidar los tordos, de trabajos colectivos y amante de la pastorela, cuenta historias muy interesantes de la fundación de nuestro pueblo. Y aunque se aduce que los primeros pobladores debieron llegar por allá a mediados del siglo XIX, la verdad es que mucho antes ya existía presencia alrededor de nuestro pueblo. Las yácatas en el Frentón, allá por la cueva escondida, los metates enterrados en tierra colorada, los vestigios de figurillas que deben de tener por ahí algunos amigos. (no se hagan, ya saben quiene son)
Huipana es una comunidad que se quedó en medio de la sierra y gran planicie del bajío michoacano y guanajuatense. Ubicado en una hondonada, su población prefiere montarse en el cerro que construir en la planicie. Algo no cuadra con ese gesto. La loma, esa montaña acostada como lomo de bestia no inspira a construir en sus faldas cercanas. ¿Usted sabe por qué? Curioso ¿verdad?
El misterio de nuestros orígenes debe ser un motivo de investigación. Creo que valdría la pena saber qué había antes en la comunidad, hoy cercana a los ¿cinco mil habitantes? Más otros tantos que andamos multiplicados por todo el país y los más en los yunaites estates quietus.
Las compuertas debían datar de principios del siglo XX. La Caja era también de muchos años ha. Ambas eran represas artificiales que guardaban agua a las orillas del pueblo y al final de la antigua nopalera. Esos bordos aún conservan su vestigio, un tanto derruido por las ganas de sembrar y sacarle algo a la tierra.
Pero bueno. Se hace hora de comer. Ustedes gustan? Le seguimos más tarde. Espero me manden historias, comentarios, y le avisen a Juanito el de Bocho que deseo se eche un clavado en estas letras. Algo nos debe platicar ese muchacho despierto y ultimamente medio domesticado. (No se lo digan eh?) Buenas tardes del 10 de noviembre. Ya seguiremos la charla.
HUIPANA en tu voz
Este es un blog que aspira a que las voces se eleven, a que se pueda iniciar un proceso por el cual, reinvindiquemos el privilegio de haber nacido en un lugar excepcional. Huipana tiene más historia de la que conocemos. Las voces de nuestros pobladores emergen del pasado con una gran energía y vitalidad. Pregunta por los recientes hallazgos en la yácata. Arriba de la cueva escóndida.
Seguidores
martes, 10 de noviembre de 2015
sábado, 21 de febrero de 2009
Camino a la tierra
Mayo 30 del año de nuestro señor 2011
llovió en la ciudad de México. En twitter publiqué mi predicción de lluvia, y tres horas después que llueve. Es que desde la mañana, un viento diferente me despertó, un viento fresco, apenas perceptible, pero suficiente como para sentir el cambio inminente de clima. Es temporada de lluvia y se habían tardado más de lo que siempre deseamos. Bendita lluvia.
Gracias a José Alvarado que se apuntó como seguidor a mi blog, ya valió la pena el esfuerzo. Pronto voy a subir fotos.
Pero a propósito de las lluvias, del agua, de nuestro campo, nuestra historia e identidad. Lamento reconocer que vamos perdiendo la batalla; nuestras costumbres se van perdiendo, ya no hay mojiganga, con sus negritos bailarines, ya no se ven muchas crecientes para ver los burros de agua bajando y partiendo el pueblo en dos... Ya no se oye ese sonido profundo de las crecientes que eran un cántico a la madre naturaleza. Ya no se ve al mezcalero, al del pan que se llamaba fruta de horno.
En fin. les quiero compartir la historia de unos campesinos que lograron regresar fauna de tierras deslavadas por la erosión, infiltran agua al subsuelo mediante pozos especiales, así, en vez de que el agua de lluvia se vaya al drenaje, a revolverse con aguas negras, la metemos en nuestra propia región a humedecer la comarca. Recuerden que hace muchos años, será unos cincuenta; había pequeños jagueyes, pozos que se excababan en puntos definidos para captar el agua, más que lo que podían guardar, era la que podían infiltrar al subsuelo, y si esas pozas se hacían en partes altas, logicamente que los afluentes o veneros, ojos de agua, se verán favorecidos de manera notable. Debemos empezar a hacerlo. La naturaleza nos dá la oportunidad de seguir viviendo de ella. Apoyemosla. Más información en www.goldmanprize.org
Allá la noche de los profundos sueños, aguarda inmensa, quieta como pantera ambrienta y al acecho.
El jóven-niño, monta sobre los lomos del caballo, los cascos suenan secos, perforando el silencio de la noche negra.
Un grasnido lejano precede al aleteo furioso de la lechuza, que emprende el vuelo hacia su nido, la noche va levantando el vuelo de su manto. El pueblo queda atrás, la noche inmensa se monta sobre el solitario jinete, un aullido lejano, anuncia la retirada del coyote ambriento, le sucede respuesta en la montaña, y un coro de ladridos ateridos de frío y miedo, se levantan por el pueblo entero. El siseo de la noche sopla suave, el viento es fresco, la sábana de estrellas cintilantes, y la mirada atenta en la vereda. Ya se mira de frente, hacia occidente, el arrebol muy tenue del díos astro, reflejado entre nubes que curiosas, dejan estelas de pasadas lluvias.
Y como coordinado por una fuerza viva, estalla en la montaña, y en la loma, en la planicie fresca, inmensa, el parloteo del pájaro y el trino del zenzontle mañanero, el gorgeo del gorrión, el cántico estruendoso de los gallos. Ladridos plañideros, voces de algún motor mal afinado.
Para entonces, el hombre-niño, ya ataca a los voraces predadores del sorgo y de mazorcas, sobre sus hombros blande por lo alto, el látigo que en sintonía precisa, estalla tras el brusco jalón y haciendo el trueno a los tordos espanta de la milpa.
Se sucede despues, como un concierto, el estallido sordo del cohetón, el agudo silbido al ir subiendo, y las hordas de tordos, remolineando, ya con el sol en pleno sortilegio.
La mañana se vuelca en mil suspiros, en voces apremiando a la premura, mientras la tierra esplende ante los hombres, el fruto premio que le dá al esfuerzo.
llovió en la ciudad de México. En twitter publiqué mi predicción de lluvia, y tres horas después que llueve. Es que desde la mañana, un viento diferente me despertó, un viento fresco, apenas perceptible, pero suficiente como para sentir el cambio inminente de clima. Es temporada de lluvia y se habían tardado más de lo que siempre deseamos. Bendita lluvia.
Gracias a José Alvarado que se apuntó como seguidor a mi blog, ya valió la pena el esfuerzo. Pronto voy a subir fotos.
Pero a propósito de las lluvias, del agua, de nuestro campo, nuestra historia e identidad. Lamento reconocer que vamos perdiendo la batalla; nuestras costumbres se van perdiendo, ya no hay mojiganga, con sus negritos bailarines, ya no se ven muchas crecientes para ver los burros de agua bajando y partiendo el pueblo en dos... Ya no se oye ese sonido profundo de las crecientes que eran un cántico a la madre naturaleza. Ya no se ve al mezcalero, al del pan que se llamaba fruta de horno.
En fin. les quiero compartir la historia de unos campesinos que lograron regresar fauna de tierras deslavadas por la erosión, infiltran agua al subsuelo mediante pozos especiales, así, en vez de que el agua de lluvia se vaya al drenaje, a revolverse con aguas negras, la metemos en nuestra propia región a humedecer la comarca. Recuerden que hace muchos años, será unos cincuenta; había pequeños jagueyes, pozos que se excababan en puntos definidos para captar el agua, más que lo que podían guardar, era la que podían infiltrar al subsuelo, y si esas pozas se hacían en partes altas, logicamente que los afluentes o veneros, ojos de agua, se verán favorecidos de manera notable. Debemos empezar a hacerlo. La naturaleza nos dá la oportunidad de seguir viviendo de ella. Apoyemosla. Más información en www.goldmanprize.org
Allá la noche de los profundos sueños, aguarda inmensa, quieta como pantera ambrienta y al acecho.
El jóven-niño, monta sobre los lomos del caballo, los cascos suenan secos, perforando el silencio de la noche negra.
Un grasnido lejano precede al aleteo furioso de la lechuza, que emprende el vuelo hacia su nido, la noche va levantando el vuelo de su manto. El pueblo queda atrás, la noche inmensa se monta sobre el solitario jinete, un aullido lejano, anuncia la retirada del coyote ambriento, le sucede respuesta en la montaña, y un coro de ladridos ateridos de frío y miedo, se levantan por el pueblo entero. El siseo de la noche sopla suave, el viento es fresco, la sábana de estrellas cintilantes, y la mirada atenta en la vereda. Ya se mira de frente, hacia occidente, el arrebol muy tenue del díos astro, reflejado entre nubes que curiosas, dejan estelas de pasadas lluvias.
Y como coordinado por una fuerza viva, estalla en la montaña, y en la loma, en la planicie fresca, inmensa, el parloteo del pájaro y el trino del zenzontle mañanero, el gorgeo del gorrión, el cántico estruendoso de los gallos. Ladridos plañideros, voces de algún motor mal afinado.
Para entonces, el hombre-niño, ya ataca a los voraces predadores del sorgo y de mazorcas, sobre sus hombros blande por lo alto, el látigo que en sintonía precisa, estalla tras el brusco jalón y haciendo el trueno a los tordos espanta de la milpa.
Se sucede despues, como un concierto, el estallido sordo del cohetón, el agudo silbido al ir subiendo, y las hordas de tordos, remolineando, ya con el sol en pleno sortilegio.
La mañana se vuelca en mil suspiros, en voces apremiando a la premura, mientras la tierra esplende ante los hombres, el fruto premio que le dá al esfuerzo.
martes, 13 de mayo de 2008
La milpa
La milpa es un sitio sagrado para los habitantes de Huipana; al igual que para los millones de ahcedores de milagros que alimentan la patria dolórida.
Ahí convergen sueños, historia, sudor y sacrificio. La milpa es fiel testigo del sacrificio y el tezón de mis hermanos todos, el reducto de nuestras esperanzas de ingresos en una sóla exhibición y en efectivo.
La milpa es el lugar a dónde siempre fuimos ansiosos de pequeños y, seguro guardamos en algún lugar de la memoria el entusiasmo por ir con el padre, el hermano, el abuelo. Conocimos la milpa quizás en sueños, en el vientre materno la fuimos recorriendo, anduvímos quizás nuestros primeros pasos, entre zacate, andanes, tierra suelta, moscos feroces y moscas más voraces.
Anduvimos la milpa tantas veces que en nuestra adolescencia más temprana, ya le habíamos recorrido centímetro a centímetro, ya sea sembrando tras el tiro, o echándole la sal o la tierra para sembrar en seco. Desquelitando a veces, corriendo tras la liebre o el conejo tras haber ya trillado el trigo, el sorgo o algún tiempo la garbanza o garbanzo. Ha, gentiles tres lectores de mi blog, que bella historia encierra nuestra tierra. Qué ganas de seguirme de corrido, pero el deber nos llama, a trabajar señores, que la patria reclama del trabajo fecundo de sus hijos. Aspiro a ser su hijo. Buena tarde.
Y sigue la disquisición sobre la milpa. Abril 19 de 2012
Tengo en la memoria el rostro del jóven hermano, fuerte, ágil, dedicado al cultivo de la milpa, sale con una brazada de cañuelas, son amarillas, flacas, estériles; pero buen alimento para los caballos. Su rostro asomando entre la milpa en pleno elote, cerrado el zurco, apretada la tierra de agosto o septiembre; flores de andán, de rosamarilla, de blancas flores de las que me escapa el nombre.
Y la milpa es el lugar de la visita ansiosa del campesino de Huipana, tantos años ha que la memoria se me va haciendo flaca, pero las sensaciones de haber vivido esa etapa de ajoyar, de intentar arrancarle a la piedra espacios fértiles, de pasar la mañana escarbando el zurco, a mano, a lomo limpio, a soles calcinantes de abril y mayo en el cazahuatal. La joya era la milpa, el lugar de las aventuras de la infancia, de la subida a píe en la cuesta camino del saucito. De las largas caminatas sin rumbo, de mirarnos en los estanques después de los aguaceros de mayo o junio.
Cuantas memoria lleguen a mi mente, serán torrente que se vayan vaciando ene ste espacio. No esperen la anécdota eprsonalizada, con nombre múltiples o charras de los viejos, sólo palabras que retraten al Huipana que se nos fué. Aquí andaremos azadón en mano, guadaña en el morral y el guaje de cáscara que se resguarda del famígero sól, bajo la fresca fronda del cazahuate añejo.
Escriban por favor, hagan suyo este espacio. Vamos camino de las Palmas, crucemos la puerta y sigamos, a las letras o a la ladera de tierra colorada.
Salud con pulque de casa del difunto Gualo Mora.
Ahí convergen sueños, historia, sudor y sacrificio. La milpa es fiel testigo del sacrificio y el tezón de mis hermanos todos, el reducto de nuestras esperanzas de ingresos en una sóla exhibición y en efectivo.
La milpa es el lugar a dónde siempre fuimos ansiosos de pequeños y, seguro guardamos en algún lugar de la memoria el entusiasmo por ir con el padre, el hermano, el abuelo. Conocimos la milpa quizás en sueños, en el vientre materno la fuimos recorriendo, anduvímos quizás nuestros primeros pasos, entre zacate, andanes, tierra suelta, moscos feroces y moscas más voraces.
Anduvimos la milpa tantas veces que en nuestra adolescencia más temprana, ya le habíamos recorrido centímetro a centímetro, ya sea sembrando tras el tiro, o echándole la sal o la tierra para sembrar en seco. Desquelitando a veces, corriendo tras la liebre o el conejo tras haber ya trillado el trigo, el sorgo o algún tiempo la garbanza o garbanzo. Ha, gentiles tres lectores de mi blog, que bella historia encierra nuestra tierra. Qué ganas de seguirme de corrido, pero el deber nos llama, a trabajar señores, que la patria reclama del trabajo fecundo de sus hijos. Aspiro a ser su hijo. Buena tarde.
Y sigue la disquisición sobre la milpa. Abril 19 de 2012
Tengo en la memoria el rostro del jóven hermano, fuerte, ágil, dedicado al cultivo de la milpa, sale con una brazada de cañuelas, son amarillas, flacas, estériles; pero buen alimento para los caballos. Su rostro asomando entre la milpa en pleno elote, cerrado el zurco, apretada la tierra de agosto o septiembre; flores de andán, de rosamarilla, de blancas flores de las que me escapa el nombre.
Y la milpa es el lugar de la visita ansiosa del campesino de Huipana, tantos años ha que la memoria se me va haciendo flaca, pero las sensaciones de haber vivido esa etapa de ajoyar, de intentar arrancarle a la piedra espacios fértiles, de pasar la mañana escarbando el zurco, a mano, a lomo limpio, a soles calcinantes de abril y mayo en el cazahuatal. La joya era la milpa, el lugar de las aventuras de la infancia, de la subida a píe en la cuesta camino del saucito. De las largas caminatas sin rumbo, de mirarnos en los estanques después de los aguaceros de mayo o junio.
Cuantas memoria lleguen a mi mente, serán torrente que se vayan vaciando ene ste espacio. No esperen la anécdota eprsonalizada, con nombre múltiples o charras de los viejos, sólo palabras que retraten al Huipana que se nos fué. Aquí andaremos azadón en mano, guadaña en el morral y el guaje de cáscara que se resguarda del famígero sól, bajo la fresca fronda del cazahuate añejo.
Escriban por favor, hagan suyo este espacio. Vamos camino de las Palmas, crucemos la puerta y sigamos, a las letras o a la ladera de tierra colorada.
Salud con pulque de casa del difunto Gualo Mora.
domingo, 16 de diciembre de 2007
Huipana, Michoacán México
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijfkRl_ktCXWggKZI1GPoVXsHpMlEAdRIjdskXxGkkJkLVWOmNGEp79tbdMZqEsH9P6xSqQBaOOjgHYa3ss7lDqjjDmegY-sy9rac0GFMr5COaeNJ0snQgrXrMps_EYh6NW5B7P7FNNkE/s320/Ojo+de+agua+1.jpg)
Estimados amigos, paisanos, compatriotas radicados allende las fronteras del Rio Bravo, y más allá, desperdigados a lo largo y ancho de México y el Mundo.
Huipana es una voz purhé que significa "Madriguera de Lobos" y seguramente sabes que hay vestigios de que fue habitado antes del nacimiento de Cristo.
Datos recabados testimonian la existencia de pirámides y construcciones monumentales; dos son las muestras, una visible desde el plan, la "Yácata del Frentón", en paralelo a la "Cueva Escondida", una cavidad natural que por su característica y orientación se ha prestado a mitos y leyendas en la comunidad; la otra es la "Yácata del Camposanto", la cual tiene ya muchos años que le roban piedras y ahí sigue.
Hay un testimonio que personalmente verifiqué, una pequeña formación que puede considerarse, el escalón de una pirámide.
Pero hay más, se pueden encontrar en las faldas de la Loma, allá por las compuertas, por el viejo pozo de la tierra de Chema Pérez; un sin número de tepalcates no estudiados aún, determinan que en esa parte hubo un asentamiento muy antiguo, quizás cercano a la época de los primeros pobladores de la zona.
Huipana es una población que antes de la llegada de los españoles era una hermosa hondonada, con árboles de sauce llorón en abundancia, de una intensa vegetación de agua, sitio de cacería por la existencia de tres afluentes sin salida, sino a la barranca, imagina querido lector, eso era un paraíso con el agua de las pilas, el saucito y el ojo de agua irrigando la zona. No es desdeñable que, en la época de la Colonia, se haya construído La Caja y Las Compuertas, pues debido a la orografía de la zona, era muy fácil construir un dique con poco esfuerzo y contener agua. Las Compuertas es un monumento histórico que no hemos sabido justipreciar en su dimensión histórica; producto también de sus hermosos manantiales: El Ojo de Agua, maravilloso Oasis que hasta el día de hoy, guarda esa carga de misterio y belleza, El Saucito, y Las Pilas, más el escurrimiento del macizo montañoso que le sirve de guardián milenario.
En la cultura china, un lugar con esa ubicación podría considerarse sagrado. Agua en tres puntos, tres montañas lo guardan de los vientos y el Feng Shui dice que una sola montaña ya es un principio de gran valor para ellos ¡Imagina tres! y de paso, lo oculta de las torvas miradas de la envidia: La Loma, La Lomita, y el Cerro de Huipana; un arroyo de escurrimientos, (e imagino la época: verde color vida exhuberante) de tal manera que la disponibilidad de agua ofrecería condiciones inmejorables para una vida rica en flora y fauna; de hecho, las grandes urbes deben pensarse a la usanza de nuestros hermanos mayores: a la sombra de una buena montaña y cerca de un río o un afluente de agua; ¡y en Hupana el agua era abundante!.
Por alguna razón, considero que Huipana tiene mucho parecido con la Ciudad de México: Tiene una sola salida de escurrimientos, está en una hondonada y protegida por montañas. En chiquito, pero el agua es el motivo central de sus asentamientos y así como Huipana pudo ser un lago o humedal en lo que hoy ocupa la urbanización en zona baja, el desecado lago de Texcoco es la otra analogía. Y no crean que es ocioso el juicio: ¿para qué creen que se construyó la Compuerta? Para retener agua. Mucha agua, del puente de la compuertas hasta Huipana. Por eso, parece natural que ahí haya estado un corral ganadero: agua, pasto, y control de ato.
Cabe destacar que la Pila es otro venero singular y especial, las aguas más ligeras de la región son propias de este manantial que nace a las faldas de "La Peñita" sí, esa peñita que ha servido de observatorio para tener el pueblo a tus pies, para descansar, platicar con el amigo o simplemente, para usarlo como un sitio de reflexión, allá en lo alto aprecias la gran planicie y el pueblo a tus pies.
Y el saucito, otro manantial que encontramos camino al cazahuatal. Y el Ojo de agua, un manantial de torrentes, ese se cuenta por pulgadas, y no para. Creo que hemos sido muy poco creativos en su aprovechamiento. Prefieren que el agua se vaya evaporando entre los solares, a buscarle un aprovechamiento mayor, sin alterar su actual condición. Cosa de querer ver el agua como un bien colectivo, comunitario, una joya de valor incalculable. Cosa de que lleven un buen ingeniero en manejo sustentable y verán que cosas se pueden detonar con valor identitario no cuantificable.
Pero haya tanta historia sin descubrir en Huipana, que habría que hacer las recopilaciones necesarias para darle identidad y valor a nuestros recuerdos, a nuestros padres, a nuestra riqueza histórica. Yo me propongo hurgar sus historia más íntimas y trascendentes, cuando vaya me llevaré una cámara digital y haré tomas para compartirlas contigo y hacer más llevadera tu ausencia del terruño. ¿Estás de acuerdo?
Pero bueno, no se por donde entrarle: te acuerdas cuando podían bañarse los chilpayates en la barranca, ah que tiempos amigo, amiga.
Cuando las parejas cruzaban el pueblo en tiempos de verano, cuando los maizales ya maduraron, las calabazas ya endurecieron, ese intermedio entre el calorcito que sube desde las plantas de los pies hasta la mirada, ese tiempo de asueto entre la ciega, los elotes y la última deshierbada de la milpa, para irse a bañar entre los jarales en el agua limpia de la barranquilla. Y todos sabían a donde iban, y la pareja orgullosa, ella de mirada serena, orgullosa de llevar la canasta con algún bocadillo, de pantorrillas fuertes y torneadas y pasos suaves y orgullosos al lado de su amado; él, de anchos hombros y mirada limpia, manos encallecidas, músculos y venas resaltándole en el antebrazo, ojos verdes, bigote negro, orondo saca el pecho y saluda a quienes a esa hora de la tarde, ya ocupan los lugares predilectos de la hora del sosiego: en la puerta de su casa luego de haber comido, echado una siesta y disponerse a componer el mundo a punta de charlas eternas.
Te acuerdas de las épocas de lluvia: Después de la tormenta, se oía un rumor sordo, profundo, podía sentirse en la planta de los pies el retumbar de una energía que bajaba del monte a borbotones, allá se oyen las rocas chocando con las rocas entre la creciente, burros de agua, decía Don José,
¿Y adónde va esta agua pa?
preguntaba el infante.
_por hay baja rumbo al plan, va a dar por allá por La Piedad, y a luego ha de encajarse en el mar, allá por las costas de Michoacán y Jalisco_ respondía el hombre del campo, el de la mirada serena, el de la voz de canto.
Hoy sabemos que nuestra barranca se encaja en el Río Lerma Santiago en El Rodeo, y sí, si pasa por la Piedad, luego siguiendo su cauce, desemboca en el Lago de Chapala.
Pero bueno, esta noche voy a platicarte de los mezquites.
Te acuerdas de la bainas de Mezquite. No hombre, vaya cosa, esos mezquites saben solo cuando los degustas sin el paladar contaminado por el Hot Dog, la Hamburger Big, o la pizza de menjurges varios.
El mezquite es un árbol noble, poderoso, histórico para nuestra región. No hay mejor arado que el de palo de mezquite, ni mejor cabo para el hacha. Es duro como el acero y noble como pocos maderos; una vez en Monterrey, Nuevo León, tuve la suerte de ver un león tallado en una pieza; era de nuestro mezquite, los artesanos mexicanos saben extraerle su belleza a la madera. Era una pieza cara y bella.
Ya quedan pocos mezquites de respeto, se han usado para la leña, la rastra, o los horcones del corral.
Propongo una campaña de reforestación de mezquite, que los caminos y las cabeceras de las milpas se llenen de nuevo de mezquites, sería cosa bonita. Propongo que si puedes, empieces juntando vainas de mezquite, los plantas en una maceta, lo llevas poco a poco, y cuando tenga un metro como mínimo, lo llevamos a plantar en las primeras lluvias de junio-julio, yo pongo mi experiencia para cuando terminemos, sacamos el itacate para comer en colectivo, agua de chía; de melón, limón o guayaba; cero refrescos, es veneno. Avísenme si le empezamos. Por que también decía el inmortal, José Martí, poeta cubanísimo: "El decir sin el hacer, es soñar, el movimiento se demuestra caminando". Sí, recordaste bien, ese poeta revolucionario es el mismo que escribió la Roa Blanca.
Regresando al mezquite, se sabe que la goma de su corteza puede suplir el endulzante que trae la Coca Cola de Africa y los países arabes para edulcorar el líquido, su goma es deliciosa, dulce, limpia y barata. Aunque no toda es buena; hay una goma que sabe a miel, es transparente y parece oro derretido, pero también hay otra que es la que le dicen de burro. Sabe a rayos. Para saber, no hay como probarla, como todo en la vida.
El mezquite es un árbol que sirve para leña, pero es un desperdicio si lo usas para cocer los frijoles, fíjate bien, en algunos Walmart se vende en tecatitas para cocinar carnes, a precio de oro. Chécalo y verás.
Pero también puedes probar sus bainas, aunque su producción de gases de efecto invernadero son mus elevados, saben deliciosos si los pruebas maduros, aún así, las bainas zarazas, o sea medias rayaditas o semi maduras, saben muy rico, sobre todo para los paladares que gustan de la novedad y la emoción. Debes cuidar la ingesta, pueden provocar gases escandalosos y de fácil detección por medidores Geigher o si te colocan el alcoholímetro, seguro los descuajaringas.
Yo los he probado en épocas de lluvia, cocidos y hervidos, no sabes que delicia, tienen una dulzura envidiable, no requieren azúcar, prueba a llevarte unos kilitos, cuécelos en casa y ya verás, es un postre Delicadessen, dicen los Gourmets o chefs, o cocineros pues.
El fruto del mezquite es de sabores y colores variados, hay veces que son morados, rojos, cafés, negros, etc. de tamaños y formas múltiples, cada árbol produce su propios sabores, ninguno se parece, hay unos que escaldan, son muy acidos, otros empalagan del dulzor que contienen, pero todos, digo todos, tienen el encanto y la magia del terruño. Yo me voy a buscar a las orillas, los mezquites que conocí y probé de niño. Esos sabores se quedan en la memoria, indelebles, perennes, vivos e inmarcesibles.
Por la tierra del viejo Miguel, había un mezquite tres añero, de unas bainas robustas, de un suave sabor, llenos de jugo dulce, con semillas flaquitas, carnosos, ayayay!!! esos eran los meros buenos de todos los que probé, por cierto, ese mezquite lo encontró mi hermano mayor, él se debe acordar; esos sabores son como las descalabradas, no se olvidan ni se quitan.
![La imagen “http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/73/Prosopis_caldenia.jpg/603px-Prosopis_caldenia.jpg” no puede mostrarse, porque contiene errores.](https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/73/Prosopis_caldenia.jpg/603px-Prosopis_caldenia.jpg)
Este es un hermoso mezquite, se antoja echar un resfresco bajo seu fronda, calentar unas tortillitas, unos frijolitos con queso de cabra, bueno, yo digo. Lo que debiéramos es no dejarlo vivir solo. Plantémosle compañeritos a los lados; es mucha carga la de llevar la responsabilidad de sobrevivencia solitaria.
Pero bueno, hoy le paro, pero si puedo, mañana le seguimos con algo, ¿les parece la higuerilla? resulta que esa mata que tanto se dá en los ecuaros y la barranca, puede producir aceite de recino, Biodiesel y, me dicen que tiene aplicaciones medicinales, ahiga cosa compadre, por eso hay que tener la curiosidad despierta, falta que otros correteén la liebre y se nos meta al costal.
Les dejo las frases de hoy:
"Un hombre sin ideales, es un muerto que camina"
José Martí
Otra más:
"No hay viento favorable para el que no sabe a donde va"
Lucio Anneo Séneca
Y una de mi cosecha:
"La inteligencia es un atributo que no te
exhime del esfuerzo"
El del Blog
"Habla recio y pisa fuerte, sé constante y se tenaz, que llega a su fin más pronto con su persistencia el tonto; que con su pereza el sabio" Antonio Plaza.
No te pierdas a la manera de las luciérnagas, que confundidas con la luz de una vela, se consumen en ella. (?)
NOVEDADES 2011
Recién me terminé las corundas que traje desde el rancho, en la mañana saqué del refri unos cuantos tarros asados de garbanzo tiernito que había guardado. No he subido las fotos de huipana, saqué varias, panorámicas sobre todo. También debo reconocer que son muy pocas las casas originales que mantienen la nostalgia entre sus tejas viejas, paredes enjarradas con arena blanca, morillos viejos, apolillados, adobes que soberbios, guardan entre su memoria la nostalgia de sus mejores tiempos; ya idos, remotos.
Pero bueno, haré el ejercicio de la consición necesaria.
En la yácata que cuida el valle-bajío michoacano, recién se descubrió una especie de pozo ademado de piedras lajas, perfectamente armoniazadas, 1.70 por otro tantos metros, cuadrado casi, hondo, bajo un cazahuate de unos 70 años. Muchos buscan el oro, remoto es que haya, más bien parece un lugar preparado como refugio, los pedazos de barro o tepalcates encontrados, tiene relieves, varias tonalidades, encontrramos uno sólo hecho de barro negro, muy raro en la zona. Es urgente que lleguen las autoridades, el presidente del comisariado ejidal debe denunciar la incursión de buscadores que están escarbando la zona, es urgente se denuncie a la autoridad del INAH regional. Puede existir algún vestigio de la cultura purépecha en ese promontorio que fué edificado piedra a piedra por los pobladores primígenios de la zona. Esto se demuestra con las miles de rocas de tamaños idénticos, una superficie plana, en pleno dominio del bajío y zonas aledañas.
Hay trabajo Huipana, emprende el camino para buscar en los orígenes de tu fundación, el futuro de un pueblo auténtico que se niega a entregarse a los excesos que nos separan más.
Quédate al pendiente gentil visitante, pronto subiré fotos. Un abrazo a todos.
Recientemente, la creatividad de jóvenes de Huipana, tomó un video, mismo que más tarde fué musicalizado por Germán Ceballos Vargas, Mi ahijao. Aquí el link, para quienes como yo, llevan muchos años sin visitar nuestra patria chiquita.
http://www.facebook.com/photo.php?v=270640226363175
Nuestro pueblo bien vale un vídeo. Chequen y dejen sus comentarios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)